Por Jesús Manuel Mendoza M.

Con un parque vehicular legal de cerca de medio millón de automóviles y, en las estimaciones más modestas, un cuarto de millón de vehículos ilegales o “chocolates”, Tijuana se ahoga en el tránsito más exasperante y en las emisiones de gases de todos esos carros. La solución que salió de las brillantes mentes de la Oficina de la Gobernadora ha sido el programa de vialidades “Respira” con el que supuestamente vendrán seis obras de infraestructura vial para aminorar el problema.

¿Reducir el número de vehículos ilegales? No. ¿Revisar adecuadamente los índices de polución por vehículo para atacar la contaminación del aire? Para nada, el medio ambiente no es tema. ¿Reducir el obsoleto, contaminante y peligroso parque vehicular de transporte público, impulsando el uso de camiones a base de gas natural o eléctrico? ¡Menos, que el gremio transportista deja jugosas ganancias al gobierno en turno!

Chocolate de autos.

Visto de otra forma (pero aclarando que no estamos en contra de que se mejoren las vialidades de nuestra golpeada ciudad) aumentar el número de vialidades y/o carriles de circulación sin antes entrarle de frente a las tres preguntas antes realizadas, es como hacerle un cateterismo y poner expansores en las arterias a una persona con problemas de colesterol, pero no modificar su dieta y hábitos, o lo que es peor, darle una torta ahogada de carnitas apenas saliendo del procedimiento. Así de cortoplacista.

Tener nuevos espacios para que circulen más taxis y calafías irregulares, más carros chocolates y más vehículos contaminantes no es una solución de una ciudad de alcance nacional y menos internacional. Es una medida pensada en mantener altos índices de popularidad porque, más allá de la exhibición en videos musicales de redes sociales, poco o nada estamos viendo de resultados positivos en lo que va de la administración estatal.

A Tijuana le urgen politicos serios, pero sobre todo, politicos publicos serios. De ser una ciudad de vanguardia en la década de la noventa del siglo pasado, estamos en un punto muerto, apenas respirando entre el humo de mofles, balas y basureros clandestinos. A lo problemas serios se les enfrenta con respuestas inteligentes, claras, a largo plazo y de vanguardia, todo lo demás es circo y este, como que ya está perdiendo su gracia.

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