El negocio de las drogas en Tijuana, en específico el del fentanilo, juega un rol cada vez más importante para los cárteles del narcotráfico del país, así como para los consumidores locales.
Para el investigador del Departamento de Estudios Culturales del Colegio de la Frontera Norte (Colef), José Andrés Sumano Rodríguez, las ciudades del norte de México son testigos constantes de esta problemática de seguridad y de salud pública.
“Tijuana, Mexicali, Guaymas, las fronteras de Sonora, son fronteras donde el fentanilo ha cobrado una gran importancia como negocio para los grupos criminales, que por supuesto hoy por hoy no se dedican únicamente al tema del tráfico de fentanilo, ha crecido también el tráfico de personas, particularmente después de la época Trump y cómo se endurecieron las políticas migratorias”, apuntó.
Este opioide no es exclusivo para personas que sufren de adicciones dentro de Estados Unidos. En este y otros municipios hay quienes también son usuarios de este analgésico que es 50 veces más fuerte que la heroína.
“En zonas como Tijuana ya también hay un nicho y un negocio importante en el narcomenudeo de fentanilo a nivel local, porque ha venido creciendo el consumo de esta droga, particularmente en la frontera de Juárez, Tijuana, ciudades donde había crecido mucho el tema del cristal y que ahorita también están padeciendo de manera importante el fentanilo”, detalló.
El auge de esta droga en los últimos años ha venido a cambiar de manera importante el negocio del narcotráfico en México, la organización y dinámicas, esto debido a que no está sujeta a los ciclos agrícolas, no requiere de grandes cantidades de tierra, es más fácil de esconder, se produce en laboratorios y se distribuye en formas de pastilla, según lo expuesto por el académico.
Esto también ha derivado en que los puertos y las rutas del pacífico norte, como Guaymas y Tijuana estén experimentando un incremento en el tema de este tipo de droga que se ha vuelto mucho más significativa para las finanzas de los grupos delincuenciales.
“Las rutas más tradicionales de tráfico de cocaína y de heroína a los Estados Unidos hoy se han vuelto menos atractivas derivado del auge de los opioides y de las drogas sintéticas como el fentanilo por su alta demanda en los Estados Unidos”, anotó Sumano Rodríguez.
La problemática con el opioide requiere de esfuerzos importantes de ambos lados de la frontera, luego de que genere muerte entre los consumidores y miembros de cárteles como el de Sinaloa o Jalisco Nueva Generación, los cuales son dos de los principales productores y distribuidores de fentanilo.
“Se tiene que dejar esa narrativa donde los Estados Unidos acusa a México de inundar de drogas a su población, cuando la demanda y particularmente en el caso de los opioides y el fentanilo la crearon ellos y muchas veces sus propios médicos”, consideró.
De igual forma, precisó que el Gobierno de México también tiene que parar de reproducir discursos donde asegura que la violencia del crimen organizado en el país se debe exclusivamente a que existe un mercado de drogas ilegales en la unión americana.