Por el 50 aniversario del establecimiento de las relaciones diplomáticas entre México y China, en ese país se instaló la primera escultura de hielo con temática mexicana: la pirámide de Kukulcán, en el Festival Internacional de Nieve y Hielo de Harbin que se inauguró este 6 de enero.

La escultura de Harbin es una réplica exacta de la pirámide de Kukulkán, con forma piramidal, nueve niveles o basamentos y cuatro fachadas principales, con escaleras cada una. La réplica fue nombrada Eterno retorno del Sol. Fue hecha con una pieza de hielo de 440 metros cuadrados. Mide 9.5 metros de alto y 20.9 metros de ancho.

“Restaura la apariencia y las características arquitectónicas de la pirámide de Kukulkán en profundidad, lo que permite a los visitantes sentir el misterio de cerca y los logros artísticos y arquitectónicos extremadamente altos de la civilización maya”, se destacó en la página oficial del festival.

La ciudad de Harbin es la capital de la provincia glacial de Heilongjiang, al noroeste de China, muy cerca de la frontera con Rusia y Siberia. A principios de cada año es la anfitriona del festival de esculturas de hielo, que se celebra desde 1963, pero se interrumpió durante la Revolución Cultural China y reapareció hasta 1985.

Es uno de los cuatro festivales más importantes de todo el mundo y dura sólo un mes, si el sol no las derrite antes.

Tiene 3 parques temáticos: el “Sun Island International Snow Sculpture Art Expo”; el “Harbin Ice and Snow World” y el “Zhaolin Park Ice Lantern Fair”. Las figuras a gran escala son elaboradas de hielo y plástico con luces de colores.

El embajador de México en China, Jesús Seade, celebró que, por primera vez, se incluya un tema latinoamericano en este festival y anunció el lanzamiento de los festejos del 50 aniversario de diplomacia entre ambas naciones.

El templo de Kukulkán

Ubicado en Chichén Itzá, también es conocido como “El Castillo”, nombre que le pusieron los españoles al encontrarle similitud con los edificios europeos fue construido en el siglo XII D.C., en la península de Yucatán.

En este templo se rindió culto a la entidad maya Kukulkán o serpiente emplumada, por lo que la estructura piramidal tiene motivos serpentinos en su decoración, así como simbolismos alusivos a los números más importantes usados en el calendario solar agrícola o Haab y la rueda calendárica.

Por su alineación, permite ver luces y sombras en forma de la serpiente emplumada (el dios Quetzalcóatl) durante los equinoccios de primavera y otoño y los solsticios de verano e invierno.

El templo tiene cuatro escalinatas con 91 escaleras cada una y que, en total, sumas 364 que, junto a la plataforma superior suman 365 unidades que representan el Haab.

El segundo calendario llamado Tzolkin o sagrado, consta de 13 meses de 20 días cada uno, por lo que el año consta de 260 días.

El Haab y el Tzolkin se fusionaron en la rueda calendárica y su combinación se repite cada 18 mil 980 días, mínimo común múltiplo de 260 y 365, equivalente a 52 años, lo que quiere decir que la combinación de ambos calendarios se repite cada 52 años.

Además, al aplaudir al nornoreste a la escalinata principal de la pirámide, el sonido rebota en forma de eco distorsionado simulando un chirrido semejante al canto de un quetzal.

Desde 1998, Chichen Itzá, ciudad de los mayas, está inscrita como Patrimonio de la Humanidad en el catálogo de la UNESCO y casi 20 años después, el 7 de julio de 2007 fue elegida como una de las “Nuevas siete maravillas del mundo contemporáneo”.

Con información de Proceso.

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