La primera película de ficción de Tatiana Huezo, Noche de fuego (México, Alemania, Brasil y Qatar), ya se estrena en un centenar de salas por distintas ciudades de México.

Su recorrido nacional se inició este 16 de septiembre. Además, tras haber obtenido mención especial del jurado de Un Certain Regard del Festival de Cannes en julio, competirá en Horizontes Latinos en el Festival de San Sebastián, España, del 17 al 25 de este mes, y en Largometraje México en el Festival Internacional de Guanajuato, del 17 al 26.

De origen salvadoreño, Huezo (1972) destaca en entrevista, vía Zoom, tras el reconocimiento por su primer largometraje de 110 minutos, que “todo ha sido muy rápido, puras cosas hermosas y muy buenas, me siento muy contenta de que el filme haya llegado muy pronto al público mexicano, me parece casi un milagro”.

Su documental Tempestad (2016) tardó alrededor de año y medio en ocupar las pantallas luego de su recorrido por festivales, estrenando en “muy pocas salas” mexicanas. Noche de fuego “llega con un empuje muy fuerte que le dio Cannes”.

Además, para proyectarlo, se sumarán circuitos culturales. Su première tuvo lugar el pasado 13 del mes en curso en el Complejo Cultural de Los Pinos. Exultante, la cineasta informa que la película participará en el Festival de Zúrich, Suiza, a realizarse del 23 de septiembre al 3 de octubre, y en el de Nueva York, del 24 de septiembre al 10 de octubre. Luego llegará a plataformas de streaming.

“Son muchas ventanas y tiene todavía más ventanas enfrente”, destaca.

Magia, alegría y… narco

Noche de fuego está basada en la novela Ladydi, de Jennifer Clement (autora nacida en Connecticut, el 23 de abril de 1960, quien llegó a México en 1961), cuya lectura hace siete años hizo manifestar a Elena Poniatowska en una reseña para La Jornada: “Ojalá Ladydi consiga cambiar la condición de las niñas mexicanas y centroamericanas robadas y traficadas sexualmente”.

La cinta se desarrolla en un pueblo enclavado en las montañas mexicanas, donde las pequeñas llevan cortes de pelo de chico y poseen escondites bajo tierra para no ser raptadas por narcotraficantes. Ana y sus dos mejores amigas visitan las casas de aquellos que han huido y se disfrazan de mujer cuando nadie las ve. En su impenetrable universo abundan la magia y la alegría; mientras tanto, sus madres las preparan para huir.

Pero un día una de las chicas no llega a su escondite a tiempo…

Ana Cristina Ordóñez González, Marya Menbreño y Mayra Batalla son las protagonistas. La fotografía es de Dariela Ludlow. Tatiana Huezo, quien también escribió el guión de Noche de fuego, egresada del Centro de Capacitación Cinematográfica, dirigió en 2011 su primer largometraje documental, El lugar más pequeño (Proceso, 7 de febrero) y en 2016 Tempestad (Proceso,­ 9 de abril).

–¿Qué diferencia notó entre hacer documental y ficción?

–En la esencia de la historia, de la humanidad de los personajes, de lo que les sucede, del viaje sensorial y emocional que hay en una película, para mí es lo mismo.

“Entonces, desde que me senté a escribir este guion y a construir a los personajes fue un viaje muy emocional, de ponerme a preguntar cómo miran estas niñas, cómo son, y partí así con mucho de lo que se hace en los documentales. Es decir, los documentalistas observamos la vida, coleccionamos conversaciones, nos metemos en la vida del otro, nos volvemos testigos, cómplices y siento que desde ahí construía los personajes.”

No obstante, en el modo de producción sí hubo una divergencia:

“De repente me vi en medio de un grupo gigantesco de cien personas con efectos especiales y señores que ponen mangueras y pipas para que llueva, porque en el largometraje hay tormentas, viento, fuego, en fin. Y fue fascinante e igual difícil al principio, porque eran muchos departamentos con los que no había trabajado, que maquillaje, vestuario, tiempo. Todo cuesta mucho dinero, había un ejército de gente construyendo las locaciones, etcétera, y tuve que adaptarme a ese aparato.”

La actriz veracruzana Mayra Batalla estelariza a Rita, mamá de Ana, papel por el que fue elogiada en Cannes. Ella señala por teléfono que el guion lo leyó después de haberse rodado la cinta e igual la novela:

“Como Tatiana venía del cine documental, yo quería un acercamiento natural con los personajes. Para mi papel vi videos sobre las madres; además, me basé en mi mundo emocional y mi experiencia de vida. Mi personaje me genera responsabilidad, pero en el buen sentido de poner en la pantalla lo doloroso que puede ser el perder una hija.”

Al final, la otrora estudiante de La Casa del Teatro, quien en París realizó una especialización en performance vocal con técnica Roy Hart y teatro coreográfico en Panthéâtre, reconoce:

“Sin menospreciar mis anteriores actuaciones, que finalmente son las que me prepararon para llegar a un personaje como Rita, esta historia es la que más me ha exigido, y me siento profundamente agradecida con Tatiana, con todo el equipo, con el productor Nicolás Celis, con las niñas por haberme podido recibir y compartir conmigo esta Noche de Fuego.”

Con información de Proceso.

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí