David Bennet, a quien el 7 de enero pasado se le trasplantó un corazón de un cerdo genéticamente modificado después de ser clasificado como no apto para humanos, falleció este miércoles, informó el Centro Médico de la Universidad de Maryland, Estados Unidos.

Este trasplante marcó un hito médico, pues fue la primera vez que se realizó esta cirugía con éxito y representó un paso adelante en la búsqueda de órganos para salvar vidas humanas, ante la escasez de donantes.

El paciente, en situación de extrema necesidad, acudió a los cirujanos de la Facultad de Medicina de esa universidad, quienes tomaron la decisión sobre su elegibilidad para el trasplante basándose únicamente en su historial médico.

“Este paciente tomó la extraordinaria decisión de someterse a esta cirugía innovadora, no solo para prolongar potencialmente su propia vida, sino también para el beneficio futuro de otros”, indicó el centro.

Bennet se estaba recuperándose de este trasplante, clasificado como experimental. Su estado de salud era estable, pero para los médicos era demasiado pronto para saber si su cuerpo aceptaba el órgano animal.

En ese entonces, el Centro Médico de la Universidad de Maryland tuvo que defender su decisión de haber trasplantado el corazón de un cerdo a Bennet, luego que The Washington Post criticó que el beneficiario había sido acusado de apuñalar a un joven y dejarlo paralítico, hace 34 años.

“La División de Correccionales del estado dijo al diario que Bennet salió de la cárcel en 1994, después de cumplir seis años de una sentencia de 10 años”, publicó el WP, el jueves 13 de enero.

Al respecto, ese mismo día, el Centro Médico difundió un comunicado en el que aseguró que los médicos están obligados a brindar la mejor atención a todos los pacientes “sin importar sus antecedentes”.

Aunque esta es la primera vez que trasplantan un corazón de cerdo a un humano, no es el único órgano del animal que ha sido compatible con una persona.

El 20 de octubre de 2021, el NYU Langone Health de Nueva York, Estados Unidos, trasplantó por primera vez el riñón genéticamente modificado de un cerdo a una paciente con muerte cerebral y signos de disfunción renal, sin desencadenar el rechazo inmediato del receptor.

Los familiares de la receptora consintieron el experimento antes de quitarle el soporte que la mantenía con vida, señalaron los científicos a Reuters.

Dijeron que, durante 3 días, el riñón se adhirió a sus vasos sanguíneos y se mantuvo fuera de su cuerpo, lo que permitió a los investigadores poder analizarlo.

El director del estudio, el doctor Robert Montgomery, consideró que, debido a que el riñón solo permaneció conectado a la paciente durante solo 3 días, en el futuro, podrían descubrir nuevas barreras que superar y los participantes podría ser pacientes con pocas posibilidades de recibir un riñón humano y un mal pronóstico de diálisis.

“Para muchas de esas personas, la tasa de mortalidad es tan alta como lo es para algunos cánceres, y no pensamos dos veces antes de usar nuevos medicamentos y hacer nuevos ensayos en pacientes con cáncer, cuando podría darles un par de meses más de vida”, aseguró.

Previó que en uno o dos años este experimento de trasplante de riñón allane el camino para ensayos en pacientes con insuficiencia renal en etapa terminal, lo que podrían ser una solución a corto plazo para pacientes críticamente enfermos hasta que esté disponible un riñón humano o como un injerto permanente.

Con información de Proceso.

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