En la mayoría de la historia del planeta, las mujeres han sido condenadas, atracadas, evadidas. Desde el mito religioso de la manzana de Eva hasta nuestra sociedad actual, los feminismos se han desarrollado como antagonistas sociales del patriarcado normativo y de la religión.
Las mujeres sólo pueden ser monjas, esposas entregadas a la religiosidad, mujeres útiles para un ser mayor. Pero también inducen al pecado y son brujas.
Las mujeres agravian a la gente con sus necesidades actuales, exigen demasiado. El feminismo arrastra hacia lo negativo, y a la liberación social.
Esta visión contraria de las cosas, como podemos observar, sólo puede ser una creación constante. Una mentira fabricada con elementos que se han desarrollado lentamente. Cosas que detienen la evolución de nuestra especie, pues.
Un hombre no confía en la palabra de una mujer en condiciones de mandato, tanto como confía en el saludo de cualquier otro hombre al hacer negocios, por ejemplo.
La apertura de visión, contexto y profundidad que significa una mujer en situación de poder, le rechoca a los hombres con capacidad de decisión. Es la verdad.
Y por eso nació “El Aquelarre”.
Ya les hemos contado en Glocal Media sobre El Aquelarre, un grupo de redes que hace días cumplió un mes de existencia. Y aunque no vamos a revelar quienes le integran, sí vamos a exponer su propósito:
Hay ejemplos en el cine, la música y el periodismo; en la literatura, el arte en general y en la política: las mujeres destruyen todo, nos han instruido y convencido.
Ni con tantos movimientos sociales de nuestro 2021, el pensamiento generado mediante la cultura pop se ha erradicado.
La vida diaria indica que los políticos discurren en la aceptación de los feminismos, con la misma hipocresía que hablan de eliminar la corrupción. Así de fácil.
Y Baja California, nuestro estado Libre y Soberano, no es la excepción.
Por ejemplo, la evidente cercanía del primer-damo-panista del Estado, Carlos Torres-Torres (a.k.a. El Esposo), reduce la simpatía de la gobernadora Marina del Pilar en los sectores más liberales de la izquierda morenista, pero como Andrés Manuel es un conservador disfrazado de liberal, la gobernadora de Baja California no tiene tanto problema en el centro del País.
En los hechos que vienen, el problema lo tendrá Jaime Bonilla, quien fue dos años gobernador y víctima, sirviendo de experimento sociopolítico.
Y nunca se dio cuenta…
Haciendo eco de sus ideas radicales, Andrés Manuel le dio luz verde a sus locuras hasta el lugar en donde lo jurídico se interpone. El Presidente necesitaba saber rutas efectivas en diversos temas preparando el futuro: las expropiaciones, el cobro forzado, y etcétera; y Jaime le regaló en su mandato parte de la fórmula adversa.
Con Amador Rodríguez Lozano de secretario de Gobierno y abogado del Estado, pensó El Presidente, vamos a conocer las deficiencias legales.
Calculador, Andrés Manuel bateó lejos y Jaime nunca encontró la bola.
Dicho de un modo pandémico: para crear una vacuna politica perfecta, Andrés Manuel utilizó a Jaime Bonilla como la enfermedad social que fue, revelándole el exgobernador en el camino los anticuerpos que se oponen a la infección.
Andrés Manuel y Marina del Pilar.
El Aquelarre poderoso que hoy gobierna Baja California, tiene como objetivo reforzar los anticuerpos que Jaime criticó, investigó y trató de eliminar. La reconciliación de Marina del Pilar con el poder adquisitivo de Baja California, es evidente.
La gobernadora se ha tomado el tiempo de enviar mensajes mediante comunicados, presumiendo reunirse con empresarios:
Se tomó fotos con Jorge Hank el día de la toma de protesta:
Nombró de encargado de la Cespt a un hombre que ya ha trabajado en la institución:
Y se ha encargado de asistir a eventos de corte migrante, como el de hoy, en el malecón de Playas de Tijuana:
Amable lector: Siendo gobernador, tu tío Jaime Bonilla, jajaja, decía mucho que ningún panista visita las colonias de Baja California porque lo abuchean.
En estos 4 días de gobierno, Marina de Pilar ha pisado casi todos los territorios de donde Jaime saldría no sólo abucheado, sino prácticamente entomatado.
Así de grave está la cosa para el exgobernador de Baja California, el senador con licencia, el dueño de PSN: Jaime Bonilla Valdez.
El siguiente texto explicativo retomado de un anónimo, abona luz sobre la situación:
“No eran brujas las que ardieron. Eran mujeres, mujeres que fueron vistas como bonitas, cultas o inteligentes.
“Algunas eran viudas o sin padre: tenían agua en pozos, tierras enormes o una buena plantación; otras no cedían ante la lujuria del reverendo.
“Mujeres que tenían una marca de nacimiento, mujeres que eran muy hábiles con la medicina herbal y tenían una fuerte conexión con la naturaleza.
“Mujeres que bailaban, pintaban, cantaban, escribían o dominaban cualquier arte, pero estaban en el mundo equivocado. Cualquier mujer corría peligro y el riesgo de ser quemada en el Siglo XVII.
“Incluso eran arrojadas al agua y si flotaban, eran culpables; y si se hundían y ahogaban, eran inocentes.
“Las mujeres fueron arrojadas por acantilados, colocadas en agujeros profundos en el suelo; cualquier tortura imaginable es poca.”
Si Usted descubre algo similar a lo que acaba de leer durante los próximos meses, ya sabe desde cuál venganza se pensó.
Ante la deuda histórica, el patriarcado y la tranza, sólo podemos decir: ¡Bienvenidas, las estábamos esperando!
DE LA BIBLIOTECA.- “Demostrado está, decía Pangloss, que no pueden ser las cosas de otro modo; porque habiéndose hecho todo con un fin, no puede menos éste que ser el mejor de los fines. Nótese que las narices se hicieron para llevar anteojos, y por eso nos ponemos anteojos; las piernas notoriamente son para las calcetas, y por eso se traen calcetas; las piedras para sacarlas de la cantera y hacer castillos, y por eso tiene Su Señoría un castillo hermoso; el barón principal de la provincia ha de estar mejor aposentado que ningún otro: y como los marranos nacieron para que se los coman, todo el año comemos tocino. De suerte que los que han sustentado que todo está bien, han dicho un disparate, porque debían decir que todo está en el último ápice de la perfección.” —Voltaire, en Cándido o El optimismo.
