Por Daniel Salinas Basave.

Jorge Hank Rhon ha cruzado la mitad de su camino existencial, pero si acaso le creyéramos a sus propios pronósticos, la conclusión sería que aún le queda un largo trecho por delante. Hank Rhon está convencido que vivirá hasta los 117 años; al parecer su licor con pene de tigre y hiel de oso tiene propiedades para garantizar longevidad. Al respecto, no tiene ninguna duda, tan es así, que en 2014 hizo tremenda fiesta (una más), para festejar su llegada a la media vereda: 58 y medio, la mitad de los 117.

Este 28 de enero el zar de las apuestas está cumpliendo 65 años de edad. En teoría le quedan 52 añitos de vida, más que suficientes para hacer y deshacer en este mundo terrenal; pero algo me hace pensar que el hijo del profesor Carlos Hank González sabe muy bien que el mundo no va a esperarlo, y que ya no hay tiempo para seguir postergando su sueño de gobernar Baja California.

Dentro de un sexenio estaría llegando a los 71 y aunque Joe Biden acaba de demostrar que a los 78 aún es posible materializar un sueño, Hank sabe que el de este 2021 puede ser el último tren en la estación y ya no está dispuesto a esperar. Es ahora o nunca, matar o morir, aunque la dura realidad es que los astros no parecen estar precisamente alineados a su favor.

FOTO: Lisbeth Chavez.

El martes 26 de enero se confirmó la postulación de Jorge Hank Rhon como precandidato del Partido Encuentro Solidario a la gubernatura de Baja California. Sus operadores, encabezados por Eduardo Bernal, presionaron hasta donde fue posible para lograr que abanderara la alianza contra-natura de priistas, panistas y perredistas, cuyo juego de teléfono descompuesto daría para una pieza de teatro del absurdo.

Confieso que mi pronóstico era que el PRI, al igual que ocurrió en Nuevo León, acabaría dándole un portazo a los azules, quienes desde el principio se aferraron a su lineamiento de postular a una mujer como abanderada en Baja California.

Lo que no deja de sorprenderme, es que Jorge Hank admita contender contra el PRI en una elección. Con todo y sus renglones torcidos, Hank Rhon había sido hasta ahora un hombre de lealtades. Vaya, lo podemos criticar por muchas cosas, pero no por ser un chapulín que brinque de un partido a otro y cambie de bandera conforme el cambio de clima lo exija. Contra viento y marea, Hank se mantenía terco en su trinchera.

Todo lo que tenga que ver con su padre tiene carácter sagrado para Hank: Mi padre es mi Dios, me dijo más de una vez; y resulta que el Profe Hank González se proclamó desde su adolescencia un soldado del priismo y como tal se mantuvo hasta su muerte en 2001. Hank González no siempre la tuvo fácil. Hubo presidentes que le tuvieron mala voluntad y le pusieron piedras en el camino, como Luis Echeverría o Miguel de la Madrid, pero pese a ello, el Profe se mantuvo fiel, operando desde la sombras cuando el escenario no era favorable.

El profesor Carlos Hank Gonzalez. FOTO: Cuartoscuro.

Papá siempre le dijo que se mantuviera leal y alineado al partido tricolor, y hasta ahora Jorge le había hecho caso. Quienes conocen a Hank Rhon, saben que no echa a saco roto la memoria del profesor, cuyo espíritu es omnipresente en su vida. Supersticioso como es, Jorge Hank suele utilizar en ocasiones especiales prendas o escapularios que pertenecieron a su padre. Así lo hizo en 2004, en aquella helada noche en que tomó posesión como alcalde de Tijuana, cuando vistió un viejo suéter que durante mucho tiempo usó su progenitor.

¿Qué diría Hank González al ver a su hijo abanderando a un partidito de la chiquillada? Lo cierto es que a Jorge ya no le gustó eso de tragar sapos sin hacer muecas. Lo hizo a regañadientes en 2013, cuando se cuadró con el presidente Enrique Peña Nieto y tuvo que soportar que le dieran la candidatura a su archienemigo Fernando Castro Trenti, a quien desde 2007 considera poco menos que un traidor.

Hank tragó la sopa de agua y ajo a cambio de garantizar la candidatura a la alcaldía de Tijuana para su protegido, el doctor Jorge Astiazarán Orci. Lo que sucedió en aquella elección de 2013, fue que los hankistas votaron cruzado: le dieron todo su apoyo a su gallo Astiazarán para quedarse con Tijuana, pero cruzaron el nombre del panista Kiko Vega para la gubernatura. Al final la jugada salió como esperaban.

Han pasado ocho años y Jorge Hank Rhon ya no está dispuesto a hacer sacrificios. Si el PRI se alinea con la dirigencia del PAN y acepta levantarle el brazo a su candidata (sea Lupita Jones o quien quiera que acepte el regalo envenenado), entonces el hijo del profesor se va por la libre a que otro partido le alce el brazo.

Después de negociar con el casero Partido de Baja California y con el recién creado Partido Redes Sociales Progresistas, perteneciente a la profesora Elba Esther Gordillo (una de sus acérrimas malquerientes), Hank Rhon acabó como abanderado de los cristianos evangélicos del renacido PES, refundado como Partido Encuentro Solidario. Jorge Hank no ha renunciado al PRI y se proclama candidato ciudadano, aunque para despejar dudas, ya bordó el logo del PES en su chaleco de cuero, lo cual es toda una declaración de principios. Ver para creer.

Foto: Lisbeth Chavez.

Este río está demasiado revuelto y ha dado lugar a no pocos matrimonios de conveniencia. Que el PES ponga en segundo plano sus supuestos valores evangélicos y acepte postular a un personaje como Jorge Hank, que no es precisamente un modelo pentecostal de conducta, no me sorprende tanto. A este pequeño partidito lo que le urge es salvar el registro y con Hank asegura un buen colchón de votos que lo mantendrá a flote.

Sorprende además que el teniente coronel Julián Leyzaola acepte levantarle la mano al concesionario del Hipódromo Caliente, y cederle la candidatura que en teoría estaba reservada para él. Aunque la gran apuesta del PES es postular a Hank para la gubernatura y a Leyzaola para la alcaldía de Tijuana, lo cierto es que hasta este momento, el teniente no puede registrarse oficialmente, pues aún sigue pesando sobre él una orden de aprehensión.

Aunque en lo personal me parece un burdo montaje poco creíble orquestado por el gobernador Jaime Bonilla, los efectos jurídicos son reales y salvo que sus defensores consigan un portento de litigio, cuesta trabajo creer que le vaya a alcanzar el tiempo para postularse. Me extraña del teniente, porque lo considero un hombre de principios, que acepte aliarse con Hank, a quien no pocas veces ha atacado públicamente.

Platiqué largo y tendido con Leyzaola hace menos de un año, poco antes de que iniciara la pandemia, y él se mantenía en lo suyo, hierático e inmutable; y si algo tenía Leyzaola, es que consideraba a Hank Rhon una suerte de enemigo público, cuya policía municipal se llenó de secuestradores e infiltrados de la mafia. No me imagino a Hank y a Leyzaola juntos en una tribuna alzando los brazos, pero la rueda de la fortuna política no se cansa de darnos sorpresas.

Ambos podrían ir en mancuerna por el Partido Encuentro Solidario.

Conozco a Hank desde hace más de 18 años, cuando aún no contemplaba saltar al ring de la política, y era feliz dedicado en cuerpo y alma a su empresa y a sus animales. A diferencia de otros soldados tricolores, Hank nunca pasó por una brigada juvenil priista ni coqueteó con alguna candidatura en sus años mozos, pues siempre dijo sentirse más feliz con sus animales, que entre la gente.

Las cosas cambiaron cuando su compadre y amigo del alma, Roberto Madrazo Pintado, ganó la dirigencia nacional del PRI en 2004 y lo convenció de abanderar al partido como candidato a la alcaldía de Tijuana. Hank debutaba en política a los 48 años de edad. La opinión pública pensó que aquello sería un suicidio político. El PAN era omnipotente en aquellos años. Vicente Fox gobernaba México y en Baja California los azules habían ganado casi carro completo en 2001, con un radical de la vieja guardia llamado Eugenio Elorduy en la gubernatura.

En aquel entonces Hank era todavía un apestado político cubierto por un aura de negra leyenda. La sombra del periodista Héctor “El Gato” Félix Miranda, asesinado en 1988 por Antonio Vera Palestina, jefe de la escolta hankista, es omnipresente en su vida. Todo mundo auguraba un contundente triunfo panista, pero el 1 de agosto de 2004, Jorge Hank Rhon le ganó las elecciones a su tocayo Jorge Ramos por un punto porcentual de diferencia.

Tras la impugnación azul en el Tribunal Federal Electoral, su triunfo fue confirmado y la helada noche del 30 de noviembre, con una terrible bronquitis a cuestas, Jorge Hank Rhon asumió la presidencia municipal. Algo se había alterado en el orden del universo, y aunque el profesor Carlos Hank González ya no estaba vivo para atestiguarlo, no es difícil pensar que finalmente se sentiría orgulloso del hijo que tantos disgustos le dio.

Cuando fue candidato en 2004. FOTO: ARCHIVO/PEDRO VALTIERRA/CUARTOSCURO.COM

En aquellos años me convertí en la terca sombra de Hank Rhon, a quien veía casi a diario. Como reportero me tocó cubrir su campaña, su periodo como alcalde y su otra accidentada campaña a la gubernatura, incluidas las dos batallas legales en el Tribunal Federal Electoral.

Aún recuerdo la lluviosa madrugada del 29 de octubre de 2007 en la sede del Tribunal Federal Electoral en la Ciudad de México, donde llevábamos más de una semana atrincherados esperando el fallo. Pasada la media noche, los magistrados dieron el triunfo a Osuna Millán. Derrotado y traicionado, Hank Rhon regresó a vivir entre sus animales. Su aventura política parecía haber terminado.

El nombre de Jorge Hank Rhon volvió a ser noticia nacional el 4 de junio de 2011, trece días después del ascenso de Xoloitzcuintles a la Primera División, cuando el Ejército Mexicano allanó su mansión y se lo llevó detenido a la Ciudad de México, acusándolo de acopio de armas.

Durante dos semanas no se habló de otra cosa en la prensa tijuanense y nacional, incluso medios internacionales como El País, el Washington Post o el New York Times le dieron amplio seguimiento al tema. Fue entonces cuando tomé la decisión de escribir un libro.

Cuando apenas salió de la cárcel, le hablé a su eterno vocero Francisco Ramírez para solicitarle una entrevista. Increíblemente asintió. Después de esa primera charla le pedí una más y estuvo de acuerdo. Entre el verano y el otoño de 2011 sostuve ocho largas pláticas con Jorge Hank Rhon, en donde le pedí que se subiera a la máquina del tiempo y contara su vida, detalle a detalle.

Puse las cartas sobre la mesa y le dije que estaba escribiendo un libro, pero le advertí que no podría leer un solo párrafo hasta que estuviera publicado y a la venta en librerías. Hank estuvo de acuerdo y en ningún momento trató de presionar o de influir sobre el trabajo. El 31 de diciembre le entregué a la Editorial Océano el manuscrito terminado, y el 2 de mayo de 2012 salió a la venta La Liturgia del Tigre Blanco, una leyenda llamada Jorge Hank Rhon.

Hank al salir de prisión. FOTO: RUFINO LUNA SOSA/EL MEXICANO/CUARTOSCURO.COM

Hank fracasó en su intento de obtener la candidatura a la gubernatura en 2013 y poco después su esposa María Elvia Amaya perdió la guerra contra el cáncer. El zar de las apuestas se casó con Carolina Sol Kabande con quien tuvo a sus mellizos Oso y Jorel. Siguió dejándose ver en los partidos de los Xolos y celebrando sus grandes fiestas cada 28 de enero mientras un ciclón político sacudía al país.

El mundo ha cambiado mucho para Jorge Hank Rhon. El espíritu de la época en 2021 tiene poco o nada que ver con 2004, cuando sorprendió a propios y extraños ganando la alcaldía de Tijuana. Su candidatura en el PES puede tener la contundencia necesaria para mandar a la alianza de panistas y priistas a un humillante tercer lugar.

A estas alturas no se entiende qué diablos le aporta el PRI sin la fuerza hankista a esa devaluada coalición, pero cuesta trabajo creer que le alcance para superar a la maquinaria de Morena y sus siervos de la nación, que actúan como en su momento lo hicieron las mareas rojas priistas.

Cierto, los morenistas bajacalifornianos no paran de cometer groseros errores y de acuchillarse sin clemencia, y la magnética popularidad del presidente Andrés López ya no es el arrasador tsunami de 2018, pero aun así, Hank necesitará casi una intervención divina para conquistar su sueño.

Su rival a vencer es su contraste absoluto. Una joven mexicalense de 35 años de edad llamada Marina del Pilar Ávila Olmeda, con una carrera política meteórica que navega con bandera de auténtica y no maleada.

Para cualquier operador o publicista político sería la campaña de contraste soñada: una joven dinámica que representa frescura e innovación, enfrentando a un autoritario hombre maduro que casi le dobla la edad, perseguido por un negrísimo historial e identificado como heredero de una tradición patriarcal y caciquil.

FOTO: ISAAC ESQUIVEL /CUARTOSCURO.COM

En los tiempos en que el nuevo feminismo truena sus chicharrones en el mundo y condiciona el espíritu de la época, cuesta creer que un patriarca que declara a la mujer su animal favorito, pueda ganar una elección. Quienes no nos chupamos el dedo sabemos que Morena encarna y representa vicios y prácticas regresivas propias del priismo más oscuro y anacrónico, pero al menos en la superficie y en la fotografía, el contraste se dibuja solo y para nada favorece al ingeniero.

Acaso la única esperanza de Hank se refugie en la numerología. Para un devoto del número ‘3’ como es el Ingeniero, tal vez tenga algún significado competir por tercera vez en una elección en el año 21 del nuevo milenio. El 3 es su emblema de batalla, su grito de guerra. Ahí está la estampa de las masas tantas veces congregadas en el Hipódromo, haciendo con los dedos la señal del número cabalístico.

Siempre he pensado que la Divina Comedia de Dante Alighieri es un libro que explica algunas claves sobre la numerología hankista. En el monumental poema del florentino, el tres, número sagrado de la Trinidad, juega un rol fundamental. La obra está dividida en tres partes: Infierno, Purgatorio y Paraíso. Cada uno de los tres libros se divide en 33 cantos.

“Al llegar a la mitad del camino de nuestra vida me encontré en una selva oscura por haberme apartado del camino recto”, reza la primera estrofa de la Divina Comedia. Hank ha cruzado la mitad del camino de su vida y se ha apartado del camino tricolor en donde por 65 años caminó. ¿Es el PES su selva oscura? ¿Será esta elección su infierno? ¿O acaso vislumbra el rojo destello de un nuevo paraíso en el horizonte del 6 de junio? Muchas más dudas que certezas en el alterado universo hankista.

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