El Departamento de Justicia de Estados Unidos acusó formalmente de dos delitos relacionados con ataques cibernéticos a cuatro funcionarios del Departamento de Seguridad Hainan, de China, en detrimento de diversas entidades estadounidenses y del mundo.

Se trata de “una campaña para hackear sistemas computarizados de docenas de víctimas y compañías como universidades y entidades gubernamentales de Estados Unidos y del extranjero entre los años 2011 y 2018”, informó el Departamento de Justicia del gobierno de Joe Biden.

El viernes pasado un gran jurado en la Corte Federal de San Diego California, avaló la acusación en contra de Ding Xiaoyang, Cheng Qingmin, Zhu Yunmin y Wu Shurong, funcionarios del Departamento de Seguridad de China.

A nivel mundial la acusación también fue hecha por los países de la Unión Europea, la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), sosteniendo que el gobierno de China hackeó los servidores de la empresa Microsoft para esparcir un virus cibernético a nivel global.

“Gran parte de la conspiración fue un robo a varios sectores sobre información significativa para el beneficio económico de empresas y sectores de China que les permitió el desvío de recursos para investigación y procesos de desarrollo”, informó el gobierno de Biden.

En teleconferencia de prensa en la Casa Blanca, funcionarios de la presidencia de Biden indicaron que el comportamiento irresponsable del gobierno chino en el espacio cibernético es inconsistente con sus objetivos de ser una nación líder y responsable en el mundo.

“Estados Unidos y países alrededor del mundo están haciendo claras sus preocupaciones sobre las maliciosas actividades cibernéticas de China, que nos obligan a promover redes de defensa y seguridad cibernética para desmantelar amenazas a nuestra economía y seguridad nacional”, explicó uno de los funcionarios durante la teleconferencia.

Entre otras de las naciones que se unieron a la acusación judicial en contra del gobierno y los cuatro agentes de Hainan se destacan, Gran Bretaña, Australia, Canadá, Japón y Nueva Zelanda.

La acusación judicial estadunidense sostiene que los cuatro agentes acusados en colaboración con el Departamento de Seguridad conspiraron para ofuscar el papel del gobierno de China en el robo de información al establecer una empresa fantasma, Hianan Xiandun Technology Development Co., Ltd., que operaba desde la provincia Hainan.

De manera directa el Departamento de Justicia acusa a Ding, Cheng y Zhu de coordinar, facilitar y emitir órdenes a los hackers y traductores que operaban en la empresa fantasma.

A Wu, de manera particular, el Departamento de Justicia lo acusa de haber creado el virus (malware) e inducirlo a sistemas computarizados de gobierno extranjeros, compañías y universidades.

Entre las víctimas de este espionaje cibernético se cuentan a personas de Estados Unidos, Austria, Cambodia, Canadá, Alemania, Indonesia, Malasia, Noruega, Arabia Saudita, Sudáfrica, Suiza y Gran Bretaña.

Las industrias sujetas a los actos delictivos de China pertenecen a los sectores de la aviación, defensa, educación, salud pública, farmacéutica y marítima, de acuerdo con el Departamento de Justicia estadunidense.

“Entre los secuestros robados se cuentan, información tecnológica sensible para desarrollar vehículos sumergibles autónomos, fórmulas químicas, servicios de aeronáutica comercial, secuencias y tecnología genética e información que ayudó a China a desarrollar sus proyectos del sistema de transporte del tren rápido”, acotó el Departamento de Justicia.

Con información de Proceso.

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