Las vacunas de Pfizer y Moderna podrían proteger por años o incluso de por vida contra el covid-19, de acuerdo con un estudio publicado en la revista Nature.

Los investigadores reportaron que las personas que recibieron dos dosis de las vacunas con la tecnología de ARN mensajero (ARNm) tuvieron respuestas inmunes fuertes y “persistentes”. Además, produjeron altos niveles de anticuerpos neutralizantes contra dos variantes del virus.

Esto podría significar que la inmunidad de las vacunas de Pfizer y Moderna dure años, “potencialmente el resto de las vidas de las personas que han sido inmunizadas, y es posible que ni siquiera necesiten refuerzos”.

Al ser cuestionado sobre el estudio, el inmunólogo de la Universidad de Washington en St. Louis y autor principal del estudio, Ali Ellebedy, dijo al diario The New York Times que los resultados son una “una buena señal” de la duración de las vacunas.

El experto detalló que durante el estudio participaron 14 personas que recibieron el esquema completo de la vacuna Pfizer, de las cuales, ocho fueron infectados previamente con covid-19.

Los investigadores observaron los ganglios linfáticos que producen una célula del sistema inmunológico conocida como célula B de memoria. Estas células se fijan en la superficie de los patógenos invasores y las marcan para que otras células inmunes las destruyan.

También pueden circular en el torrente sanguíneo durante años, incluso décadas, y el sistema inmunológico puede llamarlos si hay otra infección, explicó.

Cuando alguien se infecta con covid-19 o se vacuna contra él, se forma un centro germinal en los ganglios linfáticos que actúa como una especie de “campo de entrenamiento” que ayuda a las células B de memoria para que reconozcan la secuencia genética del virus y cualquier variante.

El equipo tomó muestras de los ganglios linfáticos a las tres, cuatro, cinco, siete y 15 semanas después de la primera dosis y los resultados mostraron que incluso a los cuatro meses los receptores tenían centros germinales muy activos, y la cantidad de células B de memoria que reconocían el virus no había disminuido.

Esto contrasta con lo que ocurre con la mayoría de las vacunas, en las que los centros germinales alcanzan su punto máximo una o dos semanas después de la inmunización antes de desaparecer, por lo que Ellebedy destacó: “El hecho de que las reacciones continuaran durante casi cuatro meses después de la vacunación es una muy, muy buena señal”.

A pesar de que el estudio solo incluyó a personas que fueron vacunadas con Pfizer, el científico aseguró que los hallazgos también pueden aplicarse a Moderna, ya que ambas vacunas utilizan la misma tecnología.

Por otra parte, comentó que no cree que la respuesta inmune de las vacunas con tecnología convencional sea tan fuerte como las elaboradas con ARNm.

Con información de Proceso.

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