El 21 de noviembre del próximo año se inaugurará el Mundial de Fútbol Qatar 2022.

Si la eliminatoria de la Concacaf no arroja sorpresas, esas que suele dar, El Tri, comandado por Gerardo “Tata” Martino, estará dentro de los 32 equipos que busquen levantar el trofeo de la Copa del Mundo, el más preciado por jugadores e hinchas.

Lo cierto es que todos pueden pensar en ser campeones, pero en la cancha esa satisfacción parece reservada para unas cinco o seis escuadras. Se puede decir que el torneo se divide en tres tipos de equipos: los de poca experiencia y posibilidades, los que pelean y disputan octavos y cuartos de final y en algunas ocasiones semifinales, y los dueños del balón: hablamos de Alemania, Brasil, Italia, Francia, Argentina, España, Holanda, los que casi siempre ganan.

México está dentro de la segunda categoría, entre los que son combativos pero carecen de un estilo definido y jugadores de primera línea, de los que suelen encabezar partidos y ganar campeonatos.

Cualquiera sueña con ver a su selección nacional victoriosa. En el país, la ilusión crece cada cuatro años, al punto que muchos se atreven a decir que hay equipo para ser campeones, algo que queda sólo en la imaginación.

En la actualidad, hay quienes se emocionan al ver a un “Chuky” Lozano en gran nivel; a “Tecatito” Corona dejando rivales atrás; Raúl Jimenez metiendo goles; lo que hace pensar que ahora sí se llegará al quinto partido y, por qué no, hasta la final.

“El Flaco”, César Luis Menotti, dijo en una entrevista que la clave para que un equipo juegue bien y pueda pretender ganar es: entrenar, ensayar, competir y descansar.

Si el director técnico hace ese trabajo bien, el domingo ya no tiene que ir a la cancha ya que los jugadores sabrán a lo que juegan, remataba Menotti ante el micrófono del entrevistador.

Y es que con todo lo anterior viene el estilo de juego, ese que Martino no encuentra a casi un año del mundial. Todavía no sabe cuáles serán la pareja de centrales y de mediocampistas, la delantera está un poco más definida con los hombres del Napoli, Porto y Wolverhampton.

Pero como bien lo apuntó Luis García, un equipo que no se defiende bien tiene nulas posibilidades de competir en el mundial, ya que un Brasil, Argentina, Bélgica u otra potencia, no te perdonarán un error atrás y terminarán anotando.

Es más, ya ni siquiera pensemos en los grandes cuadros, en la propia Concacaf ya se sufrió. Canadá superó a México en el Estadio Azteca. Monopolizó la pelota, se acompañó, hizo un gol, pudiendo hacer más, solo que Ochoa no lo permitió, quedando al final un empate a uno.

Pese a que ya se había jugado contra el buen trabajo de los de la hoja de maple en la pasada Copa de Oro, la lección no se aprendió. En un mundial el tiempo para corregir es casi nulo, al segundo partido puedes quedar eliminado, por lo que llegar con conocimiento del rival, sabiendo qué estilo de juego desarrolla es elemental si se quiere aspirar a algo, por lo pronto, de un partido a otro se ve que no hay enseñanzas o por lo menos, no están reflejadas.

La selección, pues, no sabe a lo que juega. Sigue siendo un equipo de altibajos. Puede pelearle e incluso ganarle a uno de los grandes, pero el siguiente partido puede perder frente a un rival de la Concacaf.

Tal vez el mayor triunfo de México en Qatar 2022 sea que una vez finalizado el torneo se estructuré un plan de trabajo de selecciones inferiores. Se opte por un cuerpo de trabajo conocedor de la formación de jóvenes.

Y en especial, se defina a qué juega El Tri, a buscar un concepto, una idea de juego de acuerdo a las habilidades y flaquezas del jugador mexicano, algo que Menotti llevó a cabo durante su estancia en México, trabajo que luego continuó el doctor Miguel Mejia Barón.

La selección mexicana y la afición que les sigue ya se ven en Qatar 2022, el problema, es que el panorama indica que se irá a lo mismo, a competir, a ser los del nivel dos, los ya mérito, algo que no cambiará hasta que se entrene, ensaye, compita y descanse.

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