El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, advirtió que la disputa con la constructora estadounidense Vulcan Materials por una explotación en el sureste del país, podría acabar en tribunales nacionales o extranjeros si no se llega a un acuerdo.

A principios de mayo, autoridades mexicanas clausuraron temporalmente unas instalaciones de Vulcan en la costa caribeña mexicana, donde la firma extrae piedra caliza, denunciando un “deterioro grave a los ecosistemas” de la zona, una medida que la compañía considera fuera de la ley.

“Si no llegamos a un acuerdo, a tribunales, nacionales y extranjeros”, afirmó en su rueda de prensa diaria el mandatario que lleva meses cuestionando a la compañía, en medio de críticas de medioambientalistas por un proyecto ferroviario gubernamental en la misma área.

El lunes, el gobernante recibió en el Palacio Nacional al director ejecutivo de Vulcan, Thomas Hill, y al embajador de Estados Unidos, Ken Salazar, después de que la semana pasada varios senadores del país vecino enviaran una carta al mandatario Joe Biden denunciando “acciones arbitrarias y punitivas contra Vulcan”.

AMLO ha propuesto a la empresa convertir su operación en Quintana Roo, desde donde exporta materiales para construcción a Estados Unidos, en un desarrollo turístico con un puerto para cruceros. La firma tiene 500 empleados en su unidad local Sac-Tun y lleva 30 años operando en el país.

Según AMLO, las partes habían acordado suspender la operación en Quintana Roo mientras se llevaba a cabo la negociación y al descubrir que la empresa no había cumplido el supuesto pacto, se optó por clausurarla.

La posibilidad de un litigio no es nueva, pues Vulcan ya inició en 2018 un arbitraje internacional en el marco del viejo tratado comercial de América del Norte, TLCAN, sustituido por el TMEC, por diferencias con el anterior gobierno mexicano. Según la firma, la resolución de ese contencioso está por emitirse.

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