Unos 14.000 migrantes, en su mayoría haitianos, siguen atrapados en la población costera colombiana de Necoclí a la espera de una oportunidad para entrar en Panamá y continuar su viaje hacia Estados Unidos, debido a que los cupos de cruce de la frontera son superados por nuevas llegadas, dijeron autoridades locales.

Decenas de miles de emigrantes pasan anualmente por el pueblo para tomar embarcaciones a través del Golfo de Urabá hacia la selva del Tapón del Darién en Panamá, donde los contrabandistas de personas guían a los grupos a pie a través de una de las barreras más traicioneras en la ruta clandestina hacia Estados Unidos.

Foto del jueves de migrantes que buscan llegar a Panamá para establecerse en EEUU esperando para viajar en la localidad colombiana de Necocli Sep 9, 2021. REUTERS/Henry Esquivel

La mayoría de los migrantes que pasan por Necoclí son haitianos o cubanos, que huyen de las difíciles circunstancias económicas de sus países de origen, pero otros proceden de naciones africanas como Ghana y Malí. No está claro cuántos podrán obtener un estatus legal en Estados Unidos.

El levantamiento de los cierres fronterizos por la pandemia del COVID-19 hizo que el número de emigrantes se disparara y los ministros de Asuntos Exteriores de Colombia y Panamá acordaron el mes pasado que, en un principio, podrían cruzar 650 personas al día y que la cuota se reduciría gradualmente a 500.

FOTO: PEDRO ANZA /CUARTOSCURO.COM. Imagen referencial

Pero el límite está siendo doblemente superado por las nuevas llegadas diarias de migrantes, que a menudo acampan en la playa a la espera de su turno para el transporte en barco.

“Estamos hoy bajo otra crisis por el represamiento de más de 14.000 migrantes”, dijo a Reuters el alcalde de Necoclí Jorge Tobón. “Más de 1.000 0 1.200 migrantes diarios y solamente podemos despachar en las embarcaciones de a 500”.

El hospital local, donde un migrante haitiano murió recientemente de peritonitis, no puede atender la demanda, afirmó Tobón.

“De continuar así podríamos tener entre 25.000 y 30.000 personas represadas para final de septiembre”, advirtió al pedir a los gobiernos de Colombia y Panamá permitir más cruces.

Los migrantes, muchos de los cuales contaron historias de haber sido asaltados o maltratados de alguna manera durante su viaje, dijeron que la espera es costosa y estresante.

“Acá es tan difícil la vida porque está subiendo todo, la comida, pagando siete dólares (por persona por hospedaje)”, aseguró el migrante haitiano Luis. “Yo quiero cruzar, pero para comprarme el ticket es difícil”.

La agencia de migración de Colombia no respondió inmediatamente a una solicitud de comentarios. El Ministerio de Asuntos Exteriores pidió previamente dirigir las preguntas sobre el tema a la agencia.

Con información de Reuters.

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