“Aún si uno acepta que el presidente cometió un error (una violación a la ley, sostengo yo) de desproporción, es ridículo afirmar que Todos Somos Loret. ¿Quiénes son esos “todos”?”, cuestionó la periodista Sabina Berman en su columna de la semana pasada, y estoy de acuerdo en ello, pues en una discusión de dos, nos dejan al margen a los periodistas y los ciudadanos.

Concuerdo con Berman porque hay quienes no nos subimos al tren del mame en favor de Carlos Loret. Aunque lo que hizo el presidente atente contra todos los periodistas, no concordamos porque no avalamos a un personaje que se ha servido del periodismo para empoderarse.

No concordamos porque tenemos bien presente que Loret de Mola ha sido parte fundamental y partícipe de la construcción de algunas de las grandes mentiras nacionales, que han sido orquestadas desde Televisa.

No concordamos porque Loret de Mola, que siempre se ha servido desde el privilegio, ahora se pretende mártir y todos aquellos, privilegiados, hoy han visto también trastocados sus intereses y por ello se han visto ungidos de compartir esa campaña del “Todos Somos Loret”.

Encuentro, por un lado, un doble discurso, porque casualmente fueron grandes empresarios de consorcios periodísticos los que primero salieron en defensa de Loret, sí, esos mismos empresarios que tienen a sus periodistas con salarios al mínimo y sin prestaciones, que no generan contratos y mucho menos pagan horas extras.

Por el otro, encuentro, obviamente una preocupación. Lo de Andrés Manuel de haber expuesto los ingresos de Loret de Mola, es una muestra clara de autoritarismo y abuso de su poder, violatorio de las leyes fiscales, que prohíben hacer pública una información que se le ha confiado a una institución.

FOTO: ANDREA MURCIA /CUARTOSCURO.COM

Pero lo que me parece mucho más cuestionable, es reducir esta discusión a dos bandos, lo que significa achicar todo a ‘los anti AMLO’ y ‘los pro AMLO’. Cosa más absurda, pues en este tipo de casos no se da cabida a la alternativa, a los matices y los cuestionamientos: ni de un lado ni del otro, a ellos mismos no les conviene.

El filósofo y periodista argentino, Darío Sztajnszrajber, asegura que a los opositores no les conviene liquidarse mutuamente, mucho menos dejar una tercera vía para que esa liquide a uno de ellos, porque en la medida que persisten como antagónicos, se empoderan uno al otro, imponiendo cada uno sus propias verdades.

Este filósofo asegura que eso tiene que ver con que el ser humano piensa dualmente o de forma binaria, es decir que, el ser humano lo ve todo solamente de dos formas: bueno y malo, feo y bonito, amigo y enemigo, etcétera, y pensar de esa manera tranquiliza ante ciertas aversiones de la vida.

¿Qué quiere decir con ello? Que el pensamiento binario es farmacológico, “es decir que el binarismo actúa como un fármaco porque te tranquiliza, y te tranquiliza porque te ordena y te deja bien en claro quiénes son los buenos y quiénes son los malos, quienes son los amigos y quiénes son los enemigos”, y si vemos todo ello es lo que se replica en estos diálogos bilaterales.

Se trata pues, de una fórmula muy bien aplicada en los estratos de poder, que aplica magistralmente el presidente AMLO cuando todo lo reduce a “sus detractores” y en la cual se ha montado Loret de Mola como el gran opositor que México necesitaba. Cada uno se asume como el bueno de la discusión porque cada quien trata de imponer su propia verdad.

El filósofo alemán Federico Nietzsche ya decía desde el siglo XIX que la diferencia entre el bien y el mal, o entre los buenos y los malos, es que los buenos somos siempre nosotros, no importa de qué bando o lado estemos, posicionamiento con el cual se concluye todo debate ético, esto quiere decir que, la construcción que uno hace de la idea de bueno o malo se remite siempre a lo que a uno le termina conviniendo y es así como los seguidores de cada uno, AMLO y Loret, se quedan tranquilos.

Y con ese pensamiento binario se deja de lado lo más importante: los periodistas, los que realmente están batallando, los que están siendo asesinados, los que han salido ya en varias ocasiones a las calles para exigir justicia, para pedir que no nos maten, que contemos con un mecanismo digno de protección.

Los periodistas están siendo dejados de lado por uno y otro bando. Por eso ninguno nos representa, ni queremos que uno de ellos lo haga, porque hay quienes no reducimos el pensamiento a lo binario, sino que pretendemos que escuchen las voces de todos los compañeros; los de Tijuana, los de Veracruz, los de Michoacán, los Tamaulipas, de Chiapas, Oaxaca y todos los estados.

No, señores ni todos somos Loret, ni todos somos pro AMLO, sólo somos periodistas y nos preocupa nuestra seguridad e integridad.

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